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domingo, 12 de diciembre de 2010

El ser humano según Nietzsche


Friedrich Nietzsche (Alemania 1844 – 1900). Enfermo durante toda su vida, fue recuperado por el nazismo a causa de un falso libro publicado por su hermana para complacer a Hitler - . Invita a pasar la página a dos mil años de pensamiento occidental, afirmando una pasión desenfrenada por la vida ‘más allá del bien y el mal'. Ateo y anticristiano.

Nietzche decía: “¿Cuál puede ser nuestra única doctrina?. Que al ser humano nadie le da sus propiedades, ni Dios, ni la sociedad, ni sus padres y antepasados, ni él mismo. Nadie es responsable de existir, de estar hecho de este o de aquel modo, de encontrarse en estas circunstancias, en este ambiente. La fatalidad de su ser no puede ser desligada de la fatalidad de todo lo que fue y será.

El no es la consecuencia de una intención propia, de una voluntad, de una finalidad, con el no se hace el ensayo de alcanzar un ‘ideal de hombre’ o un ‘ideal de felicidad’, o de un ‘ideal de moralidad’, es absurdo querer echar a rodar su ser hacia una finalidad cualquiera. Nosotros hemos inventado el concepto ‘finalidad’: en la realidad falta la finalidad...”

“... El concepto de ‘Dios’ ha sido hasta ahora la gran objeción contra la existencia. Nosotros negamos a Dios, negamos la responsabilidad en Dios: sólo así redimimos al mundo.”

Frente a toda perspectiva de igualdad y de uniformidad, Nietzsche propugna el valor del individuo. Tal es uno de los mensajes esenciales de Zaratustra. Y el superhombre será, ante todo, un individuo orgulloso de su propia singularidad. Tiene en él mismo su propia realidad, el sentido de su verdad y será él el que imponga una moral nueva.

El superhombre tiene en sí mismo la fuente de todo valor y de toda verdad. Posee el sentido de la tierra, ajeno a toda moralidad de esclavos e impone sus propios juicios. Al no poseer una moralidad determinada por los conceptos de bien y mal, se comporta como un ser amoral y tiene, en ese sentido, la inocencia del niño. Se aparta totalmente de la multitud y es capaz de crear su propia moral.

Nietzsche señala el camino de la afirmación de la vida frente a todo lo que es viejo y decadente.



Enrique Tudela Urrea 1ºBachillerato DC

Platón







Dualismo Platónico


Para Platón, el ser humano que vemos en este mundo es un compuesto de cuerpo y alma, pero tal unión es un mero accidente. En realidad, el alma es inmortal e inmaterial y ya existía antes de unirse al cuerpo, de modo que el verdadero ser humano "es su alma". Ésta es el principio vital que mantiene al cuerpo vivo y en movimiento. La función más propia del alma es el conocimiento. Por ello tiende a asomarse al mundo de las ideas o mundo inteligible, la verdadera patria del alma. El cuerpo es material y mortal: una prisión en la que el alma está encerrada durante esta vida y que carga al hombre con necesidades y deseos materiales que le alejan de aquel mundo celestial y le arrastran al mundo confuso y penoso de lo terrenal.
El ideal de hombre en Platón es una inteligencia pura desligada de la carnalidad.

La inmortalidad del alma platónica constituyó una novedad filosófica en su época y le permite al autor establecer la posibilidad de que los hombres conozcan lo verdaderamente real, las ideas, eescapando así de los puramente fenoménico.

Platón estableció una división tripartita del alma:
El alma superior, propia y exclusiva del hombre es la racional. Ésta es inmortal y se halla ubicada en la cabeza.
Las otras dos almas, la irascible y la concupiscible (o apetitiva) son mortales y se hallan situadas respectivamente, en el tórax y en el abdomen.
El hombre es propiamente su alma, no su cuerpo. Nuestra naturaleza propia es la racionalidad, lo único que puede distinguirnos de los demás animales. En tanto que cuerpo, no somos nada distinto de  aquéllos.
Esta división tripartita le permite al filósofo, por una parte, dar cuenta de ciertas tendencias e instintos humanos y, por otra parte, jerarquizar a la sociedad en distintas clases sociales según la naturaleza propia de cada quién, que viene determinada por el mayor peso o predominio de un tipo de alma u otro.

 
PEDRO MIGUEL GONZÁLEZ MOLINO 1ºDC