domingo, 28 de noviembre de 2010

Jean-Paul Sartre

Jean-Paul Charles Aymard Sartre (París, 1905-1980) fue un filósofo, escritor y dramaturgo francés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista.

Para Sartre, el hombre carece de una esencia previa que determina o condiciona de antemano su existencia. Lo que caracteriza a los humanos es que no estamos definidos y acabados, sino que nos toca decidir qué queremos hacer con nuestras vidas.

"Si Dios existe, al menos hay un ser cuya existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido, por ningún concepto, y este ser es el hombre. No hay naturaleza humana porque no hay Dios que la conciba".

Efectivamente, la negación de la existencia de Dios trae como consecuencia inmediata la eliminación de todo esencialismo que postule la existencia de esencias inmutables, formas o naturalezas permanentes. Lo prioritario para el existencialismo no es la esencia, sino la existencia. Es más, es la existencia el lugar desde donde deberá hacerse un análisis sobre el mundo y el hombre: la existencia precede a la esencia.

Considera que el ser humano está "condenado a ser libre", es decir, arrojado a la acción y responsable plenamente de la misma, y sin excusas. Rehusar esta condición, evadir el ejercicio de nuestra libertad o pretender falsificarla con ficticios determinismos esencialistas es propio de la mala fe, mediante la cual rechazamos hacernos cargo del proyecto que somos. La mala fe imposibilita y elimina la autenticidad.


Opinión personal
 Elegí a Sartre porque estoy de acuerdo con su teoría sobre el existencialismo. Pienso que el hombre no está determinado, porque, a diferencia de otro ser, es él mismo el que decide como manejar su vida. Se distingue de otra criatura por el hecho de ser consciente. Es capaz de construir unos criterios, unas pautas de valoración sobre las que elige su forma de actuar, lo que constituye el elemento clave de su autonomía.

El determinismo, en mi opinión, es solo una manera de no reconocer, de huir de la idea de que el ser humano depende únicamente de sí mismo para construirse y construir el mundo, una forma de intentar escapar de sus responsabilidades.

 Al querer la libertad descubrimos que ella depende enteramente de la libertad de los demás.”

Juan José Rosa Cánovas, 1º Bachillerato DC

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